XLVIII

131 12 4
                                    

— ¿Llevas todo lo necesario?

— Sí, hyung. Llevo todo.

— ¿Seguro? ¿No olvidas nada? ¿Llevas tu libreto?

— Sí, hyung. No te preocupes demasiado, sabes que no me gusta olvidar nada.

— Bueno. Entonces vamos a la empresa y de ahí al aeropuerto. —Salieron con sus maletas recién hechas y subieron al auto. — Cuando lleguemos a la empresa ve a ver a Daniel, dice que tiene algo que darte.

— Sí, hyung. Después iré a la sala, tengo una idea de cómo comenzar la canción para Ren.

— Bien. Pasaré por ti allí. —El auto avanzó por la carretera hasta la agencia para la que Minhyun trabajaba.

Los dos bajaron del vehículo color plata y entraron yendo por pasillos diferentes.

— ¡Nos vemos en un rato, hyung!

— Yo te busco. —Respondió el hombre mayor al subir al elevador.

— Hwang Minhyun. —Escuchó detrás con tono frío.

— Kang Daniel. —Respondió con el mismo tono y una mirada indiferente. Ambos chicos se miraron así durante unos segundos antes de que el segundo comenzara a reír. — ¡Ja! Perdiste. —Sentenció cambiando por completo su expresión de indiferencia a una animada.

— No puedo, simplemente no puedo. Tienes una mirada tan profunda que me haces reír porqué me pongo nervioso, ¿has pensado en ser antagonista? Lo harías bien. —Dijo entre risas mientras daba un golpecito en el hombro de Minhyun.

— Lo he pensado. Quizá lo intente después. Sang Hun hyung me dijo que tienes algo para mí. —Comenzaron a caminar juntos.

— Sí, pero primero dime, ¿cómo fue todo en Japón? ¿Les gustó tu canción?

— Sí. —Se detuvo y miró al castaño a su lado. — Es probable que debute en Japón.

— ¡De verdad? ¡Woah! Bueno, espero que me consideres para tu disco debut.

— Claro que sí.

— ¡Entonces ven! —Tomó la muñeca del moreno y entró a una sala donde sólo había una mesa, varias sillas y una pantalla al frente. — Siéntate, siéntate. —Abrió la carpeta sobre la mesa y la revisó mientras el moreno tomaba asiento frente a él. — Toma. Mientras estuviste en Japón compuse estas canciones. —Le entregó la carpeta. — Pensé que al menos considerarías aceptar una.

— ¿Qué estás loco? Tus canciones nunca deben faltar en mis discos. —El castaño sonrió y se sentó mientras Minhyun miraba las canciones.

— ¿Y? ¿Qué te parecen? —Dijo cuando el moreno dejó la última hoja sobre la mesa.

— Bueno, no puedo... no podría elegir sólo una. No negaré que eres muy creativo... y en tan poco tiempo. Me quedo con todas.

— ¿Todas? ¡Woah! Hecho.

— Ahora esperemos a que llegue Sang Hun hyung y lo hablaremos con él. —Dio otro vistazo a las partituras para acomodarlas y miró a su compositor y amigo. — Voy a componer otra canción, ¿puedes ayudarme?

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now